Era 18 de Enero de 2015, el Century Link Field vería un épico duelo entre los dos equipos más fuertes de la NFC en la primera mitad de la década. De un lado los visitantes, los Green Bay Packers que en 2010 había ganado el Super Bowl, en 2011 fueron el lugar primer lugar de la Conferencia y acumulaban una racha de 6 temporadas ganadoras bajo la gestión de Mike McCarthy, una de las mentes ofensivas más respetadas de la liga. Packers contaba con un gran equipo que esa temporada acumulaba 6 jugadores Pro Bowlers y 4 All Pro. Entre ellos destacaba el quarterback Aaron Rodgers, el MVP de la NFL ese año.
Del otro lado los locales, los Seattle Seahawks que muchos catalogaban como la nueva dinastía bajo el mando del renacido Pete Carroll, una mente defensiva que había regresado a la NFL después de años de trabajar en la NCAA despues de proyectos fallidos con Patriots y Jets en los 90s.Carroll había construido un equipo de Seahawks lleno de jugadores ignorados y hasta despreciados por los demás equipos: Richard Sherman y Kam Chancellor secundarios seleccionados en la 5ta ronda de Draft; Marshawn Lynch un corredor que llegó de Buffalo a cambio de un pick de 4ta ronda y otro de 5ta; Russell Wilson un quarterback que por su altura fue seleccionado hasta la 3ra ronda del Draft.
Era la gran mente ofensiva contra la defensiva, la temida defensiva secundaria de la Legion of Boom vs el MVP de la NFL, la vieja gloria de la tundra vs la nueva del pacífico. El enfoque estaba en todo menos en los jugadores que definirían ese Campeonato de Conferencia: los equipos especiales.
Los equipos especiales suelen ser ignorados por su poco atractivo o protagonismo, al final del dia estan en el campo 20% o menos del tiempo de juego, quitando a los pateadores el resto de los integrantes suele estar en el anonimato y cuando se habla de los equipos especiales suele ser por estar jugando extremadamente mal. Los equipos especiales son víctimas de cosas más importantes que la falta de atención de los fans: inexperiencia y falta de recursos. Hablemos de la falta de recursos primero porque también tiene que ver con el tope salarial y el límite en los rosters. Pocos equipos dan espacio en el roster a más miembros fijos de los equipos especiales que los pateadores y el long snapper, es esta falta de un grupo fijo que causa la inexperiencia. Los equipos especiales están llenos de agentes libres recién llegados, novatos y suplentes. El entrenador de equipos especiales no solo tiene que guiar a ese joven linebacker de 5ta ronda o a ese ala cerrada veterano en sus últimos años en la NFL, les tiene que enseñar a jugar en roles que muchas veces nunca jugaron o deseaban jugar al entrar a la NFL. Ahora imaginemos que el entrenador de equipos especiales hace un buen trabajo y logra crear un buen grupo de jugadores que aprenden bien sus posiciones, en ese entonces llegan las lesiones. Pero las lesiones no necesariamente de los miembros de los equipos especiales, sino las lesiones de los titulares. Al final si el linebacker titular se lesiona el novato tendrá que subir a suplirlo y para evitar arriesgarlo demás jugará solamente en la defensa. El ciclo vuelve a empezar de nuevo. La enorme rotación de personal dificulta la coordinación y aumenta las probabilidades del error.
Pero la responsabilidad más grande para el entrenador de equipos especiales tal vez sea la motivación. Al final del día los miembros de equipos especiales están ahí porque apenas están empezando sus carreras en la NFL o porque no tienen lo suficiente como para ser considerados como piezas clave en la defensiva u ofensiva. Es difícil encontrar esperanza entre los relegados. Es por eso que más que encontrar una unidad que no cometa errores o que cause pérdidas de balón al rival el entrenador de equipos especiales tiene que hacer sentir a sus jugadores valorados y hacerles entender que tienen la oportunidad de contribuir en el campo, cosa que vimos en Seattle.
De regreso al Century Link Field en 2015 los equipos especiales pusieron más puntos que la legion of Boom y Aaron Rodgers juntos. Por parte de los Packers el pateador Mason Crosby conectó 5 goles de campo y un punto extra: 16 puntos en total. Mientras que Seahawks al estar 16 puntos abajo en el marcador tuvo que recurrir a un pase de touchdown de su pateador de despeje a un liniero ofensivo suplente. Pero lo más increíble estaba por venir con 2:09 minutos restantes de juego y 5 puntos abajo en el marcador Seahawks decidió apostar por una patada corta después de anotar un touchdown. Brandon Bostick, ala cerrada suplente de Green Bay, vió el balón venir hacia él, su trabajo no era atraparlo sino bloquear para ayudar al encargado de atrapar el balón, “nunca antes había estado en una patada corta”. Bostick se congeló, ni bloqueo ni atrapó, el balón le rebotó en la careta y fue atrapado posteriormente por el receptor Chris Matthews de Seahawks. El equipo local aprovechó ese balón recuperado para anotar un touchdown, el juego se prolongó a tiempo extra en donde por fin después de 4 intercepciones Russell Wilson Logró lanzar un pase de touchdown y acabar el juego. Chris Matthews no tuvo una sola recepción en todo 2014, Bostick apenas tuvo 2 ese mismo año, y a pesar de eso estos dos jugadores definieron la temporada de dos los dos equipos más poderosos de la conferencia. Al final la palabra “especiales” se escribe en el campo.
Comentarios
Publicar un comentario